Es una de las aves cazadoras más grandes y poderosas en el mundo. Habita en la selva tropical de las Islas Filipinas. También se la conoce con el nombre de “águila monera” dado que de los nativos decían que solo se alimentaba de monos, sin embargo el águila filipina también alimenta de roedores, aves, lagartos grandes, serpientes y hasta pequeños lechones.
La especie presenta un dimorfismo sexual, siendo las hembras entre un 10 y un 20% más grandes que los machos. Viven entre 30 a 60 años.
La especie se encuentra en estado crítico de extinción. En 1976 se inauguró un centro de rehabilitación para águilas filipinas confiscadas en el Parque Nacional Monte Apo, distante 37 kilómetros de Davao bajo el auspicio de la Oficina de Desarrollo de los Bosques.
Durante 14 años los esfuerzos para criarlas en cautividad fueron infructuosos sin embargo el 15 de enero de 1992 nació el primer polluelo nacido en cautividad en todo el mundo al que pusieron el nombre de Pag-Asa. Una de las mejores temporadas de cría fue la de 2000/01, en la que nacieron dos ejemplares. En la actualidad solo quedan aproximadamente 400 ejemplares en todo el mundo.
y es una de las especies mas hermosas que he podido tener cerca y no sabia que estaba en vía de extinción hago parte de las contribución de los grupos que ayuda a los animales en peligro.
ResponderEliminarNo había escuchado de esta especie, y es triste enterarse que una ave tan hermosa, esta en vía de extinción, por culpa del ser humano,.
ResponderEliminarQue tristeza que por culpa de nosotros se este acabando toda nuestra fauna y estemos dejando que nuestro planeta se destruya poco a poco. Es hora de tomar conciencia y pensar sobre que le vamos a dejar a nuestros descendientes.
ResponderEliminarEsta ave es única y es difícil de encontrarla y no podemos permitir que los seres vivos que hacen parte de nuestro medio ambiente se acaben por nuestra culpa, por querer ganar dinero con la vida de los animales.
ResponderEliminarEl ser humano es la principal amenaza para la desaparición de los animales y no sólo por su acción directa. Las sustancias químicas utilizadas en los cultivos han pasado a las cadenas alimenticias, lo que ha provocado además de malformaciones en los animales, serias amenazas para el futuro de su especie.
ResponderEliminarLa mejor arma para luchar contra la extinción es la educación. Para que los pequeños tomen conciencia sobre el problema, en las aulas debería existir una gran dosis de educación ecologista dando una mayor importancia al respeto por los animales y las plantas.
Las nuevas tecnologías también aportan su granito de arena en la lucha contra la extinción. Implantando un chip a estas especies se puede observar su comportamiento y sus movimientos.